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Cuatro de cada diez adolescentes de Guatemala, Honduras, El Salvador y México identifican la violencia social o comunitaria como un problema cotidiano en su comunidad y una de cada cinco (19,1%) piensa que es motivo para migrar, esto de acuerdo al informe publicado por Plan International “Mujeres Adolescentes en Crisis: la vida en contextos de movilidad en la región de Centroamérica y México”
El estudio de Plan International, elaborado con el apoyo de la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Unión Europea (ECHO) y otros socios, explora y analiza las opiniones de las adolescentes de estos cuatro países sobre la educación, la violencia, la movilidad interna y la migración, a partir de encuestas, distintos grupos focales y entrevistas a adolescentes, padres, madres, cuidadores y actores clave.
Centroamérica es una de las regiones que presenta mayor índice de pobreza y vulnerabilidad del mundo, debido a una combinación de factores como la desigualdad por razón de género y edad. 7,9 millones de migrantes en América Latina y el Caribe son menores de 18 años[1], y las niñas y adolescentes representan el 20% del total de las mujeres que migran[2].
Sin embargo, las violencias que viven en sus países de origen, se incrementan y se transforman durante el tránsito, y durante la migración se exponen a riesgos mucho mayores como la trata, el secuestro, violencia sexual o extorsión.
“El estudio muestra la situación de los diferentes tipos de violencia que enfrentan especialmente las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes, situación que las obliga a abandonar sus proyectos de vida para buscar mejores oportunidades. Es por ello que en Plan International trabajamos en el desarrollo integral de esta población y apoyamos a que continúen logrando sus sueños por medio de nuestros diferentes programas”, expresó Lorena de García, Directora de Plan International Guatemala.
Para las adolescentes, la violencia en entornos familiares, comunitarios y educativos; la falta de oportunidades económicas; la búsqueda de empleo y de oportunidades formativas son los principales motivos para migrar de manera interna o para abandonar su país. El 45,7% de las adolescentes señalan la falta de empleo como motivo para migrar, seguidas por la violencia (19,1%), la dificultad para acceder a la educación (11,7%) y la inseguridad (7,4%).
La migración interrumpe la educación de niñas y adolescentes comprometiendo su futuro
En muchos casos, la educación de las niñas y adolescentes se ve interrumpida de manera indefinida durante las migraciones, dificultando sus oportunidades de futuro y su reinserción escolar tanto en los países de acogida tránsito y países de origen. Las dificultades burocráticas afectan el acceso para las estudiantes que migran, y, aunque el 59,6% considera la escuela como espacio seguro, una de cada tres lo señala como inseguro por violencia física, emocional, sexual y psicológica.
Otro de los factores que conducen al abandono escolar es la violencia social y de género, señalada por un 22% de las encuestadas; los matrimonios forzados, que afectan a un 20% de las mujeres entre 20 y 24 años en la región[3]; los embarazos precoces, el rol de género asociado a los cuidados, o la necesidad prioritaria de trabajar para generar ingresos.
Las recomendaciones de Plan International
Plan International insta a los gobiernos, donantes, organizaciones y a la sociedad en general a trabajar conjuntamente para garantizar los derechos y mejorar las condiciones de vida de las adolescentes migrantes y desplazadas internamente de Centroamérica y México, considerando sobre todo los temas referentes a la educación, salud y protección.
En educación se recomienda la implementación de un enfoque en educación integral en sexualidad y sensibilizar sobre la violencia por razón de género para adolescentes en contexto migratorio. Es importante que las personas en movilidad humana o tránsito tienen derecho a servicios básicos de salud.
En protección, se propone la participación de las autoridades migratorias en los mecanismos de protección para garantizar los derechos de la población adolescente y fomentar la integración social en las comunidades.
Además, se insta a la realización de diagnósticos, con datos y estadísticas fiables, que cuenten con la participación de las propias adolescentes y jóvenes, para conocer sus contextos de vulnerabilidad y profundizar en la violencia como causa de desplazamiento; y reforzar la sensibilización y formación que se ofrece en los albergues durante el tránsito migratorio, ofreciendo pautas de educación en emergencias y apoyo psicosocial.
Como parte de la respuesta a la crisis migratoria, Plan International, junto a otras organizaciones locales, ha implementado durante tres años dos proyectos en el Triángulo de Centroamérica y México: “Pasos Protegidos” y “Camino Protegido” con el objetivo de promover el acceso a la educación y entornos seguros a las niñas, niños y adolescentes afectados por espirales de violencia, desplazamiento forzado y migración insegura, todo ello desde un enfoque de género que garantice su protección y sus derechos.
Informe
Este informe recopiló los testimonios y experiencias de 267 adolescentes mujeres y hombres, 8 familias y 14 actores clave en la región de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) y México. Perfil de la población en la investigación: adolescentes mujeres y hombres entre 15 y 19 años de edad en «contexto de movilidad», esto significa que las y los adolescentes participantes en el estudio debían haber vivido una situación migratoria, o bien tener proyectado realizarla. En todos los países analizados, especialmente en Guatemala y México, han participado adolescentes de Centroamérica y de América del Sur.
Han realizado la investigación un equipo de ocho investigadores de Investigación Multidisciplinario Aplicada –IMALAB- México en los cuatro países, coordinados por la oficina de Plan International España y la oficina regional para las Américas de Plan International, y con la participación de las oficinas de Plan International Guatemala, Honduras, El Salvador, México y USA; el Fondo de Población para Naciones Unidas (UNFPA); Save The Children, y EDUCO. Además, han colaborado un total de 17 organizaciones y recursos locales en los cuatro países.
Datos del informe
- Cuatro de cada diez adolescentes identifican la violencia social o comunitaria como un problema cotidiano en su comunidad y que afecta en mayor medida a los y las adolescentes que al resto de la población. El 14% considera que afecta de manera diferente a adolescentes mujeres y hombres.
- Las adolescentes que migran huyendo de la violencia social, familiar y de género se enfrentan a riesgos aún mayores como la trata, el secuestro o la extorsión en el trayecto migratorio. En ocasiones, también sufren violaciones de sus derechos en su retorno.